La tabla periódica se ha convertido en una pieza común en nuestras vidas. En más de una ocasión, ha sido protagonista (en un discreto segundo plano) de numerosas películas en las que los jóvenes estudiantes han mostrado la intimidad de su habitación. Pero, si vamos más allá del mero póster decorativo, no pocos nos hemos tenido que enfrentar a ella en el instituto y/o durante la carrera. Sin embargo, ¿alguna vez nos hemos preguntado cómo se llegó hasta ella? Fueron muchos los que pusieron su granito de arena, pero fue Mendeléiev el que nos organizó nuestra manera de entender los elementos periódicos.
Con Antoine Lavoisier se fundó lo que hoy se conoce como la química moderna publicando en 1789 los “Elementos”, en donde definió a los mismos como materiales que no se pueden descomponer. Este hecho permitió que De Morveau y otros científicos elaborasen una lista de elementos verdaderos: treinta y tres sustancias elementales.
De esta forma, y tras el interés científico por el descubrimiento de nuevos elementos químicos, se hacía creciente de igual manera la necesidad de organizarlos, y una vez propuesta la noción del átomo¹ se planteó la cuestión de cómo representarlos. Jöns Jacob von Berzelius, en 1813, comenzó su clasificación especificando letras para los distintos elementos conocidos: H para el hidrógeno, C para el carbono, O para el oxígeno… y para aquellos en los que coincidía la inicial le añadía una segunda letra al nombre: Ca para el calcio, Cl para el cloro, Cr para el cromo…
Un década después del congreso de Kalsruhe, en 1860, (el primer congreso internacional de química del mundo) aparecieron múltiples clasificaciones, todas independientes unas de otras. Este congreso permitió, entre otras cosas, dar una aclaración acerca de las masas atómicas de los elementos, punto para el cual hasta el momento no había habido acuerdo.
Alexandre-Emile Béguyer de Chancourtois, en 1862, fue el primero en presentar una clasificación periódica de los elementos. Este autor introdujo los símbolos de veinticuatro de ellos en espiral alrededor de un cilindro vertical a alturas proporcionales a sus masas atómicas, de forma que los que poseían propiedades semejantes quedasen unos debajo de otros. Sin embargo, problemas en la impresión de su trabajo hicieron que nadie hiciera caso al hallazgo.
Figura 1. Organización de los elementos propuesta por de Chancourtois
Por otro lado, John Alexander Reina Newlands, en 1863, ordenó los elementos conocidos de menor a mayor masa atómica, observando que cada octavo era similar al primero. De esta forma postuló la “Ley de las octavas” afirmando que “cada octavo elemento, comenzando desde uno dado, es una especie de repetición del primero, igual que la octava nota en una octava musical”. Esta comparación literal de la ciencia con la música hizo que no se le tuviese en cuenta desde los círculos científicos más relevantes, afirmando estos que su teoría era similar a haberlos ordenado alfabéticamente.
Julius Lothar Meyer, en 1868, observó las propiedades físicas y su relación con las masas atómicas, e ideó una tabla periódica de dieciséis columnas, no obstante para cuando la publicó ya había aparecido la de Dimitri Mendeléiev que la eclipsó completamente.
Mendeléiev nació en Siberia en 1834 siendo el menor de 14 hermanos. Su madre, conocedora de su gran inteligencia, decidió que su hijo debía formarse adecuadamente. De esta manera, él y su madre recorrieron miles de kilómetros desde Siberia hasta Moscú, donde fue rechazado en la universidad, y posteriormente hasta la universidad de San Petersburgo, en donde consiguió una beca para estudiar ciencias².
Siendo estudiante en la universidad, Mendeléiev mostró un gran interés por la clasificación del mundo natural, observando cómo las plantas, los minerales y los animales habían sido clasificados. Sin embargo, los elementos no habían podido más que ser agrupados, en cierto modo, por algunas de sus propiedades físicas quedando elementos, como el uranio, difícilmente relacionables con el resto.
En 1869, aparecería la Tabla Periódica de Mendeléiev tras veinte años desde que este comenzará a interesarse por la clasificación de los mismos. El autor relataba que anotaba las propiedades de estos en fichas, y durante sus largos viajes a través de Rusia se dedicaba a intentar encontrar un orden entre ellos.
En 1868 consiguió una organización de tres grupos de elementos:
Al observar el orden de estos en función de su masa atómica, estableció que existía una periodicidad entre todos.
Así pues, Mendeléiev se puso a rellenar la primera tabla periódica como si de un crucigrama se tratase. Moviéndose a través de cálculos y de su intuición consiguió tabular una treintena, de menor a mayor masa atómica, observando una repetición de propiedades cada ocho elementos.
Dejándose guiar por la valencia de cada uno permitió que se alargara el período de cada hilera. La tabla comenzaba con el hidrógeno solo, y seguían dos períodos de siete elementos cada uno, y a continuación dos períodos de diecisiete elementos cada uno.
En 1871, Mendeléiev dio un paso más en un acto de suprema superioridad y, a fin de mantener las valencias y las propiedades similares entre los mismos, dejó espacios vacíos entre en las columnas. Indicó que no se trataba de ningún fallo de su tabla sino que se trataba de huecos destinados a elementos que aún no habían sido descubiertos. Igualmente, fue capaz de describir las propiedades que llegarían a tener aquellos que aún no se habían hallado.
En un primer momento no se tomó en cuenta las consideraciones de Mendeléiev. Sin embargo, dentro de aquellos que describió estaba el “eka-aluminio”. Este fue descubierto años más tarde por el químico francés Paul Émile Lecop, el cual lo llamo Galio. La exactitud de las predicciones de Mendeléiev fue asombrosa llegando a describir al elemento mejor de lo que su descubridor lo hizo³.
Figura 2. Tabla periódica de los elementos
Estos hechos condujeron a la aceptación de Mendeléiev por la comunidad científica, teniendo el reconocimiento y prestigio hasta nuestros días.
Constanza Ruiz Domínguez
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- John Dalton introdujo la primera teoría atómica de los elementos. Este representaba los elementos en forma de círculos que contenían dibujos en su interior, los cuales llegaban a recordar en gran medida a los símbolos alquímicos.
Dalton se opuso tácitamente a la representación de los elementos propuesta por Berzelius, puesto que según él esta representación ocultaba la realidad de los átomos. Dalton murió en 1844 a causa de una apoplejía causada por una discusión acerca de la existencia de los átomos. - El esfuerzo de la madre de Mendeléiev fue tal que tras el largo viaje y al ver a su hijo ya instalado en la universidad murió de agotamiento. Su hijo, que sentía un profundo amor por su madre le dedicaría más tarde sus Principios (una importante obra escrita por Mendeléiev acerca de la química).
- Al principio surgieron algunas discrepancias pero finalmente todas se resolvieron a favor de Mendeléiev.
Bibliografía
Sacks, Oliver (2007). El tío Tungsteno. Anagrama. Colección Compactos. Barcelona.
Felicidades por la entrada, hacéis una gran labor divulgativa. La verdad es que me he quedado con ganas de saber un poco más… la forma en que se estableció el criterio actual de disposición de los elementos en la tabla (orden creciente de número atómico). ¿Habrá una segunda parte?
Gracias. Saludos.
Víctor.
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Gracias por tan ilustrativa explicación!