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Desescolarizar la vida | Reseña

En esta nueva reseña presento una obra reciente en el mundo de la pedagogía, Desescolarizar la vida. Ivan Illich y la crítica de las instituciones educativas. Escrito publicado en enero de este mismo año (2016) por Jon Igelmo Zaldívar, licenciado en Pedagogía por la Universidad de Deusto, y que en 2011 defendió su tesis doctoral en la Universidad Complutense de Madrid sobre el pensamiento de Ivan Illich (1926-2002) desde la óptica de la teoría y la historia de la educación.

En este sentido, el trabajo de Illich es presentado desde una perspectiva historiográfica de estudio semejante a la utilizada por el propio autor. En palabras de Jon Igelmo, este método histórico se asemejaba a la vista desarrollada por los ojos de un cangrejo.

“Mientras la mayoría de los animales, cuando enfrentan un peligro huyen dando media vuelta antes de escapar, el cangrejo retrocede con sus ojos globulosos fijos en el objeto del que se aleja» (p.168).

De esta manera podemos comprender la obra de Illich mirando al presente sin pudor, pero comprendiendo tanto el contexto social y personal que vivió el autor y cuáles fueron sus premisas para escribir obras tan famosas como La sociedad desescolarizada, publicada en 1971 y matizada por él mismo en los años posteriores a su divulgación.

“El presente del que viene permanece fijo ante su mirada y una tras otra desaparecen las certezas del entorno sobre el que va retrocediendo” (p 169).

La principal conclusión que podemos extraer en esta lectura, clara y precisa, es la necesidad de comprender la vida del autor desde la praxis. Para ello, es fundamental analizar cronológicamente su recorrido vital hasta la creación del Centro Intercultural de Documentación (CIDOC) y su sentido de la “convivencialidad”, “término que expresaba la acción de las personas que participan en la creación de la vida social” (p 69).

El CIDOC de Cuernavaca estuvo en funcionamiento entre 1963 y 1976. Desde la idea de que la práctica retroalimenta a la teoría, el centro ofrecía alojamiento y manutención a los interesados en trabajar y estudiar. Así, fue lugar de encuentro para autores como Reimer, donde debatió los primeros borradores de La escuela ha muerto (1971), Erich Fromm o Freire, entre otros, que hace circular allí textos que conforman su obra Pedagogía del Oprimido (1970).

 

Figura 1: Iván Illich junto a Paulo Freire, Lima 1972. Fuente

 

En su crítica a la escuela, Illich plantea cómo esta se presenta como un pasaporte de movilidad social y, no obstante, justifica al mismo tiempo el sistema de estratificación social fundamentado en la meritocracia, cualitativamente distinto a las formas tradicionales de discriminación. Frente a esto, presenta la articulación de un sistema alternativo basado en las posibilidades de la organización del aprendizaje en red: “el acceso a los recursos disponibles en cualquier momento; la oportunidad para quienes quieran compartir sus saberes de encontrar a quienes quieran aprender; la posibilidad para cualquiera de presentar en público un tema de debate donde dar a conocer sus argumentos” (p 91).

Desescolarizar la vida : videoreseña

 

Aún así, en consecuencia a los cambios políticos y económicos de los años ochenta, Illich reconsidera parte de sus escritos y se centra en la perspectiva histórica de sus obras, llegando a definir la educación bajo la aceptación de la escasez.

“La educación, desde esta perspectiva, es un género de aprendizaje bajo la aceptación de que los medios para la adquisición de algo llamado conocimiento son escasos” (p 152).

Esta es para mí la parte más interesante del recorrido que hace Igelmo por la trayectoria de Illich en Desescolarizar la vida : un proceso de retrospectiva desde la visión del cangrejo hacia el pasado, hacia la indagación sobre la certeza discursiva en la educación en un método semejante al arqueológico de Foucault.

“La historia de la educación reivindica la contextualización de los acontecimientos históricos que llevaron a los seres humanos a pensar y asumir como una certeza que la educación era un fenómeno que les correspondía por naturaleza” (p 160).

Se trata de un momento de la lectura que me atrapa, incentivando preguntas y cuestionamientos sobre la forma de adoptar actualmente una postura pedagógica crítica. Al mismo tiempo, uno se plantea cómo se debe retroceder en el pasado, hasta el punto en el que el ser humano ha cambiado su percepción del mundo con la evolución de sus ideas y necesidades, basadas en creencias que han ido deviniendo a lo largo de la historia.

Miguel Ángel Ruiz Domínguez

 


 

Título: Desescolarizar la vida. Ivan Illich y la crítica de las instituciones educativas

Editorial: Enclave

Precio aproximado: 15e (puedes adquirirlo en Traficante de sueños)

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