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La mujer en la ciencia, ¿existen aún estereotipos?

Muchos lo han afirmado y, a día de hoy, son muchos los que siguen manteniendo la misma postura: la mujer no está hecha para la ciencia.

Autores como Rousseau que, con su obra Emilio (1762), plantearon la existencia de una sociedad libre en la cual los niños serían educados prescindiendo de una disciplina autoritaria y buscando sus intereses naturales, afirmaron igualmente que la mujer debe ser eximida del estudio de las ciencias siendo esta tarea una función exclusiva del hombre.

 

“La educación de la mujer, por tanto, debe estar siempre relacionada con el hombre. Para agradarnos, para sernos útiles […]. Éstas son las obligaciones de las mujeres y lo que se las debe enseñar desde la infancia. En relación con la educación científica, y dada la debilidad natural del sexo femenino es totalmente impropio de las mujeres la investigación de las verdades abstractas y especulativas, de los principios y axiomas de la Ciencia, todo lo que tiende a generalizar las ideas […]. Las obras de ingenio exceden a su capacidad, que no que no poseen la atención ni el criterio suficientes para dominar las Ciencias exactas.” (Rousseau, 1971.p. 538-539)

Por desgracia, este tipo de sentencia han calado hondo en la sociedad haciendo que el papel de la mujer en la ciencia quede relegado a un segundo plano. Si echamos la vista atrás fueron muchas las que cedieron sus méritos a sus maridos quedando oculto su papel en grandes descubrimientos de la historia. Nuestro país, históricamente conservador, ha hecho que esta segregación sea más que considerable, siendo muy escaso el número de mujeres que forman parte de nuestra historia científica.

 

Imagen de la Conferencia Solvay (1927), en donde como presencia femenina solo podemos observar a la Dra. Marie Curie entre los participantes.

 

Y es ahora cuando nos planteamos ¿siguen existiendo este tipo de estereotipos?¿existen las mismas oportunidades?

Desgraciadamente la presencia de estos roles en nuestra sociedad sigue manteniéndose firme, observándose como las mujeres tienden a dedicarse a carreras profesionales que están asociadas a los cuidados (enfermería, medicina, docencia,…), tareas que les ha sido siempre impuestas. Sin embargo, su papel en áreas más técnicas como las Ingenierías o las Matemáticas queda de nuevo en un segundo plano.

Según los datos aportados por el informe anual de Datos y Cifras del Sistema Universitario Español en el curso 2013-2014, el 54,4% de los estudiantes universitarios eran mujeres, este porcentaje sube ligeramente entre la población egresada (57,3%). Los datos son muy similares a los de los años precedentes y también la distribución por rama, observándose una proporción de hombres muy superior a la de mujeres (74,1% son hombres) en la rama de Ingeniería y Arquitectura. Esta distribución se invierte en Ciencias de la Salud, rama en la que las mujeres tienen una presencia muy superior a la de los hombres (30,3% son hombres).

 

Distribución de los estudiantes de grado y 1er y 2º Ciclo por rama de enseñanza y sexo. Curso 2013-2014.

 

Un dato a tener en cuenta en este análisis es que, a pesar de que el número de mujeres que adquieren titulaciones en carreras de científicas está siendo cada vez mayor, el porcentaje de mujeres que toman altos cargos en investigación es considerablemente menor que el de los hombres. De la misma manera, podemos observar como el número de doctoras contratadas es considerablemente menor que el de hombres con la misma titulación, y esto prácticamente de forma independiente del área de estudio.

 

 

Diagrama representativo del personal investigador en función del género en 2015

 

Datos del porcentaje de doctores contratados por área y por sexo, obtenidos del Informe Mujeres Investigadoras CSIC 2016.

 

Es complicado eliminar los estereotipos que influyen a los jóvenes a la hora de determinar sus estudios universitarios, cuando en la sociedad actual los cargos de relevada importancia están controlados aún por el género masculino, dejando a la sombra el trabajo de muchas investigadoras.

De esta forma, la educación que se pretende paritaria y no sexista ¿sigue hoy por hoy poniendo trabas y dificultades al género femenino? Si deseamos alcanzar la igualdad en todos los sectores, tal vez, debamos como personal  docente, enfrentarnos al reto pedagógico de qué enseñar y cómo hacerlo.

 

“No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”.

Virginia Woolf

Constanza Ruiz Domínguez


Bibliografía:

 

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