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Pedro Solís Mellado: “La educación de hoy en día necesita parar”

Entrevistamos a Pedro Solís Mellado (@blogdeunmaestro), un maestro de Primaria comprometido y gran divulgador en redes sociales. Es un apasionado de su trabajo y lo demuestra día a día con sus aportaciones y recomendaciones.

Se define también como «coach educativo» y, en esta entrevista, tenemos el placer de escuchar su visión al respecto. Sabremos qué es y en qué consiste esta práctica.

Uno de sus lemas es «El futuro se ha hecho presente y lo tenemos sentado ante nosotros en clase.» ¿Qué visión tiene sobre la educación de nuestros días?

Les dejo con la entrevista a Pedro Solía Mellado:

P. ¿Por qué empezaste a compartir contenido en la red?

R. Desde que soy maestro siempre he tenido un blog educativo. Siempre me ha gustado tanto escribir como ir plasmando mis ideas y pensamientos en algún lugar. Llegó un momento en el que pensé que esas ideas y reflexiones podían ser útiles a alguien más y empecé a plasmarlas en el blog.

Al principio ese blog no tuvo repercusión y no funcionaba en ese sentido. Llegó un momento en el que abrí mi cuenta de Instagram y ahí empezó a crecer el blog, sobre todo a partir del segundo cuaderno para profesores que fue lo que me dio a conocer.

Con el tiempo y la experiencia en el aula, empecé a crear mis propios materiales para algunas actividades y siempre pensé que una vez creados, si además de a mí le podían servir a alguien, pues ahí estaban. Además, siempre me he nutrido de alguna forma de los materiales e ideas de las compañeras y compañeros y esta era una forma de devolver todo lo que había recibido.

Siempre he tenido la certeza de que, si ya aportamos a la educación cada cual desde su propia aula haciendo las cosas lo mejor que sabemos. Cuando nos dedicamos a tratar de ayudar a otros compañeros y compañeras docentes ya sea a través de la formación, elaborando materiales o compartiendo reflexiones, es una manera de que nuestra huella e influencia en la educación se multiplique.

En mi aula llegaba a 25 alumnos y alumnas. De esta manera, si llego a 10 profesores estaré llegando de algún modo a 250 alumnos indirectamente. Por lo que, para mí, es una forma de contribuir a la educación, aportar mi granito de arena para que poco a poco esto vaya mejorando.

P. ¿Qué ha sido lo que más te ha impresionado en este tiempo?

R. En este tiempo con el blog y, sobre todo, desde que tengo más presencia en las redes sociales (principalmente en Instagram) me han sorprendido mucho dos realidades que podrían ser perfectamente las dos caras de la misma moneda.

Por un lado, he descubierto en las redes una comunidad como nunca antes había visto. Existe un grupo muy grande de personas que realmente amamos nuestra profesión y que, de alguna manera, hemos ido rompiendo todas las barreras que íbamos encontrando.

Hemos roto la barrera que existía entre etapas colaborando y conectando personas de infantil, secundaria, primaria, educación superior, etc. Incluso profesionales de otros ámbitos que no son maestros o maestras pero que también aman la educación y contribuyen a ella desde su realidad: educadores sociales, editoriales, ilustradores, psicólogos, coachs…

Hemos roto la barrera de las especialidades. No era normal ver colaborar tan estrechamente y compartir recursos a profes de inglés con otros de música, primaria, educación física, por ejemplo.  Antes no era tan fácil ver esto y son barreras que se han ido rompiendo.

Incluso se ha roto la barrera física de la distancia y conectas con personas de Galicia, de Barcelona, de Cádiz, de Madrid.  Y no es sólo un “like” o un comentario, sino que te escribes por privado, te alegras de la boda de una compañera, de un nacimiento, de la plaza de otra o de que a una compañera le den un destino cerca de casa porque sabes que le preocupaba tener que hacer mudanza.

Hasta tal punto se ha roto esta distancia que hemos sido capaces de juntarnos más de 70 docentes en una casa rural en Girona, ponernos caras y compartir un fin de semana, no tanto desde lo profesional sino desde lo humano.

Todo esto es algo muy grande. Y me ha sorprendido muy gratamente este movimiento en el que muchas personas comparten lo que saben y lo que hacen para que otros puedan beneficiarse de ello y mejorar también en su práctica educativa.

Pero también he visto la otra cara, que también somos capaces de lo peor. He visto en las redes sociales reacciones que, de quien menos me lo esperaba, era de alguien que se dedica a educar personas. He visto cómo nos hemos atacado unos a otros, cómo respondemos con muy poca educación.

A pesar de eso, tengo que decir que yo personalmente estoy muy agradecido porque no he tenido estas experiencias en mi propia cuenta y no me he encontrado con “haters” por ahora. Pero he visto compañeras a quienes sí les ha pasado.

Y hay veces en las que damos por hecho que todo es gratis y no es así. Los materiales y recursos tienen un gran trabajo detrás que merece ser tenido en cuenta y recompensado. Nadie pone en duda que sea justo cobrar la nómina después de un mes de trabajo en el aula, por mucho que nos encante nuestro trabajo. Pues igualmente, que nos encante crear o compartir materiales, incluso aunque lo hagamos gratuitamente, no da derecho a otras personas a exigirlo y a perder las formas. Lamentablemente, esto pasa más de lo que imaginamos.

“Los materiales y recursos tienen un gran trabajo detrás que merece ser tenido en cuenta y recompensado.”

P. Eres muy activo en el #claustro de Instagram, ¿qué te aporta compartir en esta red?

R. A mi Instagram me ha aportado muchísimas cosas, pero principalmente personas. Hay personas que se han convertido en imprescindibles para mí y que las he conocido gracias al #ClaustroDeIG, he ganado verdaderas amistades aquí. Ya sólo por eso ha merecido la pena.

Además, me aporta un reconocimiento que es muy gratificante. Que otros compañeros y compañeras valoren tu trabajo y te lo hagan saber te reconforta y hace que te veas recompensado de algún modo. Por otro lado, esto va un poco de dar y recibir. Yo aporto mis ideas, materiales y recursos porque también estoy recibiendo continuamente de mis compañeras y compañeros, es una relación bidireccional.

Al final soy una mente inquieta que no para de pensar y crear nuevas ideas constantemente y necesito de algún modo darle salida y en esto también me ayuda Instagram. Se ha convertido a veces en una afición más que también me divierte.

Siempre he tenido muy buen feedback en Instagram y hay que reconocer que tiene ese punto que te engancha y que también hay que vigilar para que no se convierta en algo negativo.

P.  He visto que te defines también como “coach educativo”. ¿En qué consiste?

R. Yo me defino como maestro y así me presento siempre. Es cierto que soy Coach educativo y lo digo porque es algo que para mí ha marcado un antes y un después tanto como maestro como personalmente. Lo pongo siempre porque obviamente me dedico a ello y hay que darle visibilidad.

El coaching es una disciplina que nace en el mundo deportivo y salta rápidamente al mundo ejecutivo y empresarial. Poco a poco ha ido llegando también a otros aspectos de la vida como al ámbito educativo. Lo que pasa es que se ha abusado del término y la figura del coach también a nivel mediático y ha creado cierto escepticismo e incluso hay gente a la que le echa para atrás esto del coaching.

Pero en definitiva un proceso de coaching no es más que un proceso de acompañamiento. Un coach no es psicólogo, ni un gurú ni nada parecido, simplemente es una persona que, a través de diferentes herramientas, técnicas y habilidades, te acompaña para que tú mismo consigas los objetivos que te has propuesto. Te acompaña desde el punto en el que estás ahora al punto en el que quieres estar y esto lo hace desde una metodología propia de esta disciplina que hace que funcione.

El coaching educativo yo personalmente lo desarrollo desde tres perspectivas: acompañando a escuelas y equipos educativos que quieren poner en marcha un proyecto de innovación educativa, gestionando el equipo humano para que se construya un proyecto común y todos sumen en la misma dirección. Al igual, acompañando a docentes que quieran cambiar su vida profesional actual bien porque estén “quemados” o porque quieran introducir cambios en su metodología o práctica docente. Y, sobre todo, acompañando a niños, adolescentes y jóvenes que tienen dificultades de gestión o de habilidades sociales para ayudarles también a desbloquear esas situaciones o conseguir los objetivos académicos que se proponen.

En definitiva, el coaching no sustituye y no debe confundirse con otras disciplinas como la psicología, por ejemplo. Simplemente es un acompañamiento a personas que quieren un cambio y necesitan de esa ayuda para gestionarlo.

“El coaching educativo es un proceso de acompañamiento, no debe confundirse con la psicología”

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P. La educación de hoy en día necesita…

R. Desde mi punto de vista la educación de hoy en día necesita parar. Reducir un par de marchas. No para que las cosas cambien más lento, ni mucho menos, sino porque a veces estamos metidos en un ritmo (yo el primero) en el que nos subimos a cualquier carro bonito que pase o a modas en el sentido de que en un determinado momento empiezan a sonar con más fuerza, aunque no tienen por qué ser malas en sí. Creo que a veces no nos paramos a observar el camino completo, a determinar el destino al que queremos llegar para ver si este “carro” me está llevando a ese punto o estoy dando un rodeo enorme que además me hace gastar energía.

Creo que falta calma para revisar a fondo las propuestas, conocerlas bien y que no entremos en los cambios de puntillas, sino que cuando optemos por subirnos a un tren, cuando optemos por el cambio este sea real y sea el que nuestros alumnos y alumnas necesitan.

Eso en el plano de cada docente o escuela.

En cuanto al sistema diría que necesita bajar la mirada. A veces nos comparamos y miramos a los lados, observamos otros sistemas educativos, otros países. Creo que debeos mirar hacia abajo, a las escuelas, a nuestros profesores. Esto lo he aprendido con las entrevistas de “Compartiendo Educación” que hago en Instagram. Ahí no hablamos de grandes cambios, ni de grandes pedagogías. Somos profesores normales que hablamos de lo que hacemos en clase. Necesitamos crear red y que los profesores tomen el protagonismo.

El centro del sistema educativo tiene que ser los docentes. Las maestras y maestros que van a hacerlo realidad. Siempre mirando y teniendo el foco en los alumnos y alumnas, pero hay que atender al profesorado. Porque la experiencia que un niño o una niña tengan en clase dependerá de su profe, para bien y para mal.

Debemos atender y escuchar al profesorado. Cubrir sus necesidades y darle el clima y las herramientas necesarias para que hagan lo que ya han demostrado que saben hacer. Tenemos muy buenas maestras y maestros, hay que dejarles hacer.

“La educación de hoy en día necesita parar”

P. ¿Tienes algún referente en educación? ¿Quién y por qué lo es?

R. En educación tengo muchos referentes, aunque no todos son grandes pedagogos o gente famosa. Como referente cada año tengo a mis alumnos y alumnas. Ellos son los que mejor te enseñan y te devuelven si lo estás haciendo bien o mal. Son el mejor espejo en el que mirarse.

Como docente un gran referente para mi es mi madre, que es maestra. Ella lleva muchísimos años en la escuela, le queda poco para jubilarse y todavía, a día de hoy, se recicla, se esfuerza en hacerlo mejor cada día. Es la antítesis al conformismo. Ha sido directora, tutora… todos los escalones. Y ahora sigue aprendiendo, haciendo cursos, preguntándome… la he tenido como mi directora y compañera, y es un ejemplo para mi.

Otro referente fue el que fue mi profesor de educación física en mi infancia y mi director cuando entré como profe al cole. Por dos razones. Una porque supo ver cualidades en mí como profesor y darme el entorno necesario para desarrollarlas. La segunda es porque supo soñar algo diferente para esa escuela y poner todo su esfuerzo en lograrlo, sumando siempre al claustro. Fue un verdadero ejemplo de liderazgo. Este compañero murió en mi segundo año como profe, literalmente se dejó la vida en la escuela. Su pérdida fue el último empujón que unió al claustro como a una verdadera familia.

Finalmente, y por nombrar a otros referentes que pueden ser conocidos por todos y todas, comparto mucho la visión de Francesco Tonucci y Mar Romera, sobre el respeto a la infancia y la importancia de atender a las emociones.

El “deberes no”, no puede venir solo

P. Una pregunta complicada y común, ¿deberes sí o deberes no?

R. Uff.. jejeje. Es una pregunta muy complicada. Diría deberes no, pero eso es ser simplista. El “deberes no”, no puede venir solo. En este debate creo que a veces nos quedamos en una visión muy simplista cuando ha sido un tema de actualidad.

Creo que por dejar de mandar deberes de pronto no consigues gran cosa. No bajas el nivel de estrés de los niños y niñas ni mejoras su calidad de vida si no cambian otras muchas cosas. El “deberes no” debe venir acompañado de un cambio de la experiencia del alumnado en clase, de la metodología, de comprender cómo aprenden los niños y niñas, de ofrecerles un entorno de aprendizaje seguro y amable, de fomentar el contacto con la naturaleza, de ofrecer experiencias reales para aprender, de cambiar los tiempos… Nuestro sistema todo esto lo pone muy difícil actualmente.

Si dejo de mandar deberes, pero mantengo mi metodología de clase igual, posiblemente incluso sea contraproducente a nivel de resultados académicos.

Obviamente no podemos pretender que los alumnos y alumnas trabajen prácticamente la misma jornada que un adulto (cinco horas lectivas, más extraescolares y deberes suman más que una jornada laboral de ocho horas) y en eso tenemos que hacer cambios urgentes. Pero tenemos que garantizar entre la familia, la escuela y la sociedad en conjunto que liberamos ese tiempo para que tengan otro tipo de experiencias, no para que estén en extraescolares o más tiempo pegados a una pantalla. Hablar de “deberes no”, es también hablar de conciliación familiar y un largo etcétera.

Por todo esto, digo que no es nada sencillo, pero sí, quitar los deberes puede ser un primer paso que nos ayude a abrir debate y seguir avanzando.

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