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Ángel Fidalgo: “El uso de la tecnología, por sí mismo, no es innovación educativa”

Entrevistamos a Ángel Fidalgo ( @afidalgo111) , profesor de la Universidad Politécnica de Madrid y autor de una de las webs de referencia en el plano educativo: Innovación educativa.

Se suele hablar siempre mucho innovación. No obstante, qué entendemos por estas palabras. La conversación que mantenemos con este docente universitario nos sacará de dudas.

Les dejamos con la entrevista a Ángel Fidalgo:

P. Lleva con el portal Innovación educativa muchos años, ¿qué le llevó a compartir en las redes?

R. Básicamente dos cosas. Por un lado, había mucho profesorado intentando hacer cosas. Sin embargo, me di cuenta que muchos estaban intentando hacer lo mismo. Si todos estábamos tratando de hacer lo mismo, esto provocaría un lento avance en lo que es la innovación. Entonces decidí hacer un blog.

Pero en la escuela de Minas, había una asignatura, por aquel entonces, que era Software libre, en la que se les pedía a los estudiantes que hicieran un blog. Si les pedía a los alumnos que tuviesen uno, lo oportuno sería que yo también también tuviese, así que creé Innovación Educativa. Una cosa coincidió con la otra y aproveché para divulgar las ideas y proyectos que iban surgiendo. Al poco tiempo, empezó a tener muchas visitas, empecé a contactar con mucha gente, a intercambiar información, y así llevo diez, once años, compartiendo.

«Lo que supone la innovación educativa es hacer un cambio en tu contexto para producir una mejora en el resultado de aprendizaje.»

P. ¿Qué se entiende por innovación educativa?

Ángel Fidalgo. –Si es verdad que puede haber una definición genérica de estas que no cambian nunca. Básicamente todas estas definiciones llevan dos palabras: cambio y mejora. Estas palabras las incluyen todas las definiciones, no solo la de innovación educativa, para cualquier tipo de innovación.

Lo que supone la innovación educativa es hacer un cambio en tu contexto para producir una mejora en el resultado de aprendizaje. Esta definición es engañosa en el ámbito educativo. ¿Por qué? Porque cuando hacemos un cambio y una mejora en el sector educativo aplicada en el aula nos estamos refiriendo a nuestro alumnado. Por ejemplo, yo puedo poner una presentación en Power Point en mi aula y, si no lo he hecho nunca, puede resultar una innovación para mis alumnos. Pero esto no lo podemos considerar algo innovador de forma global. Las definiciones engañan un poco.

P. Hace unas semanas compartía una reflexión sobre cómo la Gamificación o La Clase Invertida ya era algo que se trataba en los años 70. ¿Quizás hace falta repasar la historia de la enseñanza?

Ángel Fidalgo. –Hay que repasarla, desde luego. Sobre todo, en dos sentidos. En lo que respecta a la tecnología siempre estamos inventando lo mismo. Había innovaciones que mantenían un objetivo y mientras iba avanzando la tecnología, lo que conseguían eran más prestaciones y otras innovaciones que se basaban únicamente en la tecnología. Hay algunas innovaciones que se piensan que son actuales y solo son mayores prestaciones de aquello que comenzó siendo innovador en los años 70.

Tenemos un modelo educativo que no ha cambiado en muchos años. No ha cambiado mucho en cuanto a modelo. Hay mucho profesorado que, ante una misma situación, ha tratado de mejorarlo. Lo ha tratado de hacer como ha podido. Hace unos años sin informática y ahora con ella. ¡Anda que no había gamificación cuando yo tenía cuatro o cinco años!

«Hay algunas innovaciones que se piensan que son actuales y solo son mayores prestaciones de aquello que comenzó siendo innovador en los años 70.»

P. En este sentido parece que, cuando se habla de tecnología, se habla de innovación…

R. Sí, pero por las circunstancias que vivimos en otros aspectos sociales. En otros ámbitos y en otros sectores las tecnologías han irrumpido, han generado nuevas demandas, nuevas formas de hacer las cosas y nuevos productos y servicios. Esto se traslada a la educación. Así se asocia la idea de que incluyendo tecnología hago innovación.

La tecnología es una pata, es importante, pero por sí misma no podríamos considerarla innovación metodológica.  

P. Entonces, ¿podríamos entender la tecnología solo como una herramienta?

R. Sí, es un medio para conseguir unos resultados. Aunque tenemos que distinguir el lugar donde hacemos la innovación educativa. Si la hacemos en el aula es una herramienta. Si tratamos de innovar de forma sectorial en un proyecto de estos internacionales, en el que tratamos de validar o generar una nueva tecnología en el contexto educativo sí que es verdad que, ahí, la innovación se encuentra en la tecnología.

Una vez que se introduce en la educación siempre es una herramienta.

P. Sin embargo, hay muchos autores que entiende cómo la tecnología per se no es tan inocua ….

R. Sí que es verdad que cuando de hablo de innovación, me refiero a metodológica y dentro del aula. Lo cierto es que la tecnología la llevamos puesta y en muchos casos vemos como es un apéndice nuestro más. Tenemos que adaptarnos a ese cambio, en el ámbito educativo vamos con cierto retraso. Mientras que en otros contextos social o de ocio es muy habitual el uso de las tecnologías, luego no lo es cuando lo aplicamos en el aula. Parece que el aula tiene una barrera invisible que, cuando entramos en ella, esos apéndices que tenemos antes de entrar desaparecen. Entramos en otra dimensión.


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Ángel Fidalgo

P. Y, ¿por qué cree que no se usa tanto las tecnologías en las aulas, tal vez por las competencias digitales?

R. Yo creo que, en cuanto a competencia digital, es cierto que, como con todo cambio, requiere una formación y esa formación lo que más o menos hace es establecer unos procesos o protocolos optimizadas. Es mucho mejor así que descubrirla por ensayo y error tratando de utilizarla tú mismo. Dicho esto, es verdad que la competencia tanto el profesorado y el alumnado las tienen. Otro aspecto diferente es cómo utilizar dicha competencia, cómo integrarla en el método educativo. Eso no se suele enseñar y es lo que falta. La competencia es necesaria, hay que saber utilizarla.

«La raíz del problema suele ser el modelo educativo que tenemos»

P. ¿Habla de alguna metodología concreta?

R. No, en general. Por ejemplo, volviendo al caso del Power Point. Su uso provoca que la explicación oral se vea acompañada y reforzada por un impacto visual. Ahora bien, si lleno las diapositivas de texto, sé utilizar el Power Point, tengo esas competencias, pero no está bien utilizado. Si lo utilizo mal, el efecto es aún peor que si no lo utilizo. Esto ha ocurrido mucho con las tecnmologías.

P. Nos hace falta el matiz pedagógico…

Ángel Fidalgo. Sí, claro. Y el matiz de esfuerzo. Una cosa es el modelo en el cual tú consigues una cierta habilidad, por ejemplo, en una metodología activa, tú consigues que el alumnado sea activo. Pero el que tenga el hábito activo no lo consigues. Si tú le dices al alumnado que haga algo bajo un modelo lo suele hacer y los resultados son mejores. Pero cuando vuelves al otro modelo, vuelves a los mismos resultados. Es decir, no tenemos el hábito de la competencia digital en el día a día. Sí para determinados métodos.

P. En el ámbito universitario se dan los mismos contextos

R. Son situaciones completamente distintas, aunque la problemática es la misma. Hemos estado investigando a qué se deben los problemas o situaciones que queremos mejorar en la educación. Tenemos varias formas de abordarlo. Si planteamos desde la raíz tenemos los mismos problemas, suelen ser problemas relacionados con el modelo educativo. Por ejemplo, el que el alumnado parezca que no tiene los conocimientos previos, es que, tal vez, nuestro modelo refuerza que cuando hagan el examen, los alumnos se olviden de estos conocimientos.

P. ¿Qué recomendaría a los nuevos docentes que se vayan a dedicar a las enseñanzas científicas para que les resulte más atractivas?

Ángel Fidalgo.- Lo de atractivo es un poco complejo. Siempre hemos tenido docentes que nos han hecho amar o que nos han hecho odiarla una materia. Lo que sí es cierto, que siempre se dice, es que se haga con el corazón, que transmita pasión, que tenga vocación, que transmita lo que sienta.

Dentro de la innovación educativa lo que se trata es de mejorar la motivación. La desmotivación puede estar dada por muchos factores, puede ser por la materia, puede ser por el docente, pero hay que analizar muy bien todos los factores por los que el alumno puede estar desmotivado. La innovación supone, normalmente, un factor de cambio. Y, es verdad que, está demostrado que, cuando existen cambios muestra una atención concreta.

La ciencia se aprende haciendo ciencia.

@yosoytuprofe_

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