Entrevistamos a Lourdes Jiménez premiada recientemente como la mejor docente de España en su categoría. Esta maestra andaluza se mantiene en el podium por segundo año consecutivo. Si el curso pasado obtuvo la plata, este año logra alcanzar el reconocimiento como mejor maestra de nuestro país.
¿Por qué este reconocimiento? ¿Qué hace para que su labor sea especial? ¿Qué opina de aquellos que desacreditan estos premios? Estas y otras preguntas las responde en detalle para que todos podamos conocer bien su trabajo.
Te dejamos con la entrevista a Lourdes Jiménez:
P. ¿Qué se siente al ser galardonada como mejor maestra de España?
R. Mucha alegría y satisfacción, pero al mismo tiempo tengo una gran responsabilidad, compromiso y misión con la educación, las familias y los compañeros y compañeras que reman en mi mismo barco. Me siento tremendamente afortunada porque mi trabajo se reconozca. Es un empujón de energía y motivación para seguir creyendo que otra escuela es posible, que el cambio educativo está cerca. No considero que el premio sea mío únicamente, sino de todos y todas las docentes que remamos en la misma línea, buscando emocionar a nuestro alumnado para que aprenda siendo el protagonista de sus cientos de experiencias educativas. Es un premio para la educación, para la escuela innovadora, para los maestros y maestras de vocación.
P. Sabe que muchos cuestionan este tipo de premios, ¿qué les diría?
Lourdes Jiménez. En el año 2016 un pequeño grupo de profesores de diferentes etapas educativas deciden poner en marcha un proyecto para premiar a los docentes que destacan por su buena praxis.
El proyecto consistía en la creación de unos Premios que mejorasen la visibilidad de la buena práctica docente en la sociedad y sirviesen de voz para el alumnado, escogiendo ellos a los que considerarían buenos docentes.
Tiene mucho mérito que sean las familias y los propios alumnos y alumnas, quienes te presenten a este premio, te voten y te elijan como docente merecedor de un reconocimiento de esta envergadura. Pero, además, si consigues estar en la fase de los nominados, debes justificar una serie de méritos que requieren un currículum muy amplio: publicaciones, ponencias, formación académica, metodología, proyectos innovadores, trabajo en valores, proyectos solidarios y un largo etcétera que da fiabilidad a estos premios.
En primer lugar, es un deber decir que hay cientos de maestros y maestras muy buenos, tan merecedores de este premio como yo. A algunos tengo el inmenso placer de conocerlos y poder aprender de ellos y ellas.
Sin duda, llegar hasta aquí es el resultado de diez años de dedicación absoluta a este oficio, de una vocación plena, de mucha formación en el camino, de muchas relaciones de aprendizaje recíproco con cientos de compañeros y compañeras, padres, madres, alumnos y alumnas que nos enseñan a diario a ser mejores, porque en la escuela no hay recetas.
«Este premio es el resultado de un absoluto compromiso con la educación, con las emociones, con la innovación y con el deseo de que mis niños y niñas se enamoren de su escuela, porque es suya no nuestra.»
Tener una radio con un programa diario y unos recursos precarios, con diferentes secciones, concursos, galas, entrevistas… requiere de un trabajo y dedicación grandísimo.
Ser capaces de introducir cientos de aprendizajes servicio en el aula y de sacar otros al contexto próximo, supone un esfuerzo muy grande. Llevar una feria a la planta de pediatría de un hospital con todos los niños y niñas de una clase, o meter en el patio un burro para trabajar a Platero y Juan Ramón Jiménez, es algo que necesita de una programación, trabajo, estructuración y diseño de actividades que requieren una dedicación plena a la escuela, en mi tiempo libre. Tener que contactar con muchas personas de diferentes profesiones, pedir favores, involucrar a la comunidad, colaborar con ONG… requiere mucho esfuerzo.
Educa, con sus premios, ha conseguido que se hable de educación más que nunca, así que eso sí es un verdadero premio para la escuela y una lección que quizá muchas instituciones deberían de apuntarse. Que un grupo de maestros y maestras hayan conseguido, con esfuerzo y lucha, crear unos premios para darle al magisterio la importancia social que merece, es de aplaudir.
Y, en cuanto a los docentes que los critican, pienso que algunos lo hacen por absoluto desconocimiento, otros por la envidia de la vagueza (yo lo defino así porque es duro que compañeros y compañeras, desempeñando la misma profesión que tú, destaquen por su trabajo. Les deja en evidencia), y otros porque son muy buenos, pero no los han presentado aún. A estos últimos solo les puedo decir que tarde o temprano llegará su momento.
«Algunos docentes critican estos premios por absoluto desconocimiento, otros por la envidia de la vagueza»
P. ¿Se valora la labor docente en España?
Lourdes Jiménez. Se valora cada vez más, pero no todo lo que se debería. Los maestros y maestras de España aún no nos sentimos valorados socialmente todo lo que deberíamos ni por parte del gobierno ni por parte de la población en general. Todavía hay muchos tópicos relativos al exceso de vacaciones, al horario o a la facilidad de nuestro trabajo. En cuanto a los sueldos, tampoco es que sean demasiado respetuosos. Debemos tener en cuenta que somos una de las bases más importantes de este país, tenemos una gran responsabilidad social. Es evidente que ser maestro o maestra es una profesión muy vocacional, no estamos aquí por dinero (no conozco a ningún maestro o maestra rico de sueldo, sí de corazón), pero tampoco España ofrece ningún estimulo monetario, ningún incentivo al talento de la docencia, a la dedicación, al sobreesfuerzo.
Hace poco leí una frase que decía: “Pensar que un maestro o maestra únicamente trabaja lo que dura su jornada laboral es igual que decir que un velocista sólo trabaja lo que dura su carrera”. Deberíamos reflexionarla.
Afortunadamente cada vez hay más familias que valoran nuestra labor. Uno de los motivos es la incorporación de la participación de la comunidad educativa. Abrir las puertas de los colegios y acercar a los padres, madres y vecinos a la escuela permite que juntos vivamos la educación, que conozcan la dificultad de ser maestro y maestra, lo bonito de la profesión…, pero sobre todo que aprendan a querer y respetar lo que conocen.
Tenemos que agradecer a Educa que existan este tipo de premios. Debo ser generosa con ellos porque me han hecho encontrarme con grandes docentes que comparten mi locura. Es una recompensa de motivación y energía.
«No estamos aquí por dinero, pero tampoco España ofrece ningún estimulo monetario»
P. Muchos apuntan a la preparación de los maestros como parte del problema, ¿esto es así?
R. No podemos echar la culpa a este hecho únicamente. Debemos pensar que hay más de un problema o causa. Primero deberíamos hacer que la carrera de magisterio se valorase más y mejor ya desde la infancia, desde los colegios. Inculcar la importancia de la misma, la responsabilidad, la vocación que entraña.
Por otro lado, se deben unificar los contenidos de esta carrera en todo el territorio español, sentando las bases en el trabajo innovador, de las emociones, las inteligencias múltiples… y todo lo que queremos que haya en el aula, con las mismas teorías y aprendizajes socioemocionales.
Por último, se debería cambiar el acceso al cuerpo de maestros y maestras. Crear pruebas más objetivas y que no premien tanto el aprendizaje memorístico. Si aun así un maestro o maestra no es bueno, no sirve como maestro o maestra, no tiene vocación…, a pesar de haber pasado la prueba de acceso al sistema, pues tener el compromiso de apartarlo de las aulas. Para eso deben mojarse mucho las administraciones, las inspecciones educativas, los compañeros y compañeras, las familias. A esto podríamos añadirle que hubiese una equiparación salarial en todo el territorio nacional, una menor ratio por aula y una inversión mayor en educación. Las leyes educativas también deben hacerse contando con la participación de los maestros y maestras que viven en las aulas a diario, conocedores de las verdaderas necesidades del sistema.
«Se debería cambiar el acceso al cuerpo por pruebas más objetivas»
P. ¿Crees que se potencia la creatividad en las aulas o que las aulas matan la creatividad?
Lourdes Jiménez. Depende. Conozco ambos casos. Depende principalmente del maestro o maestra, de su capacidad de empatizar con el alumnado, de ser capaz de mirar con ojos de niño y niña. Por suerte conozco más maestros y maestras que intentan hacer de cada situación lúdica una maravillosa experiencia educativa cargada de contenidos curriculares.
Cada vez se potencia más la creatividad en las aulas, planteando actividades y tareas que les permiten razonar, pensar, crear y diseñar.
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P. ¿Qué metodología utiliza en sus clases?
R. Pues intento meter de todo un poco. Utilizo un horario distribuido por talleres competenciales en lugar de por áreas (taller de oratoria y expresión oral, radio, escritura creativa, pasapalabra, MasterChef, teatro, experimentos y magia, olimpiadas matemáticas, reparaciones ortográficas…). Cada grupo de talleres corresponden con una materia, así se obtienen las notas correspondientes a cada área. Paralelo a esto, intento diseñar proyectos para trabajar la coeducación, el cuidado del medio ambiente, los primeros auxilios y la educación vial, la lectoescritura, las emociones, la empatía…
Utilizo mucho el aprendizaje servicio e intento no sólo coger todos los aprendizajes posibles del contexto próximo, sino que intentamos identificar necesidades de nuestra sociedad próxima para empatizar con ellas y emocionarnos juntos. Es el caso de mi proyecto “Capas para todos los superhéroes y superheroínas” donde hacemos una feria solidaria para donar dinero a la asociación ALES que ayuda a niños y niñas que padecen cáncer. Luego, mis niños, mis niñas y yo vamos al hospital de Jaén para hacerles juegos, malabares, magia, teatro, globoflexia, cuentacuentos y pasapalabra a los niños y niñas hospitalizados.
Independientemente de la metodología que utilicemos en el aula, lo más importante es que cada maestro y maestra esté enamorado de la forma en la que enseña. Conozco grandes profesionales que utilizan el libro de texto. Lo que debemos intentar es empatizar más con el alumnado y pensar que si todo el tiempo los tenemos haciendo ejercicios copiosos, mecánicos y memorísticos, se aburrirán. De vez en cuando hay que dejarles practicar o introducir tareas finales de unidad que sean divertidas, proyectos de centro innovadores…
Debemos pensar también y reflexionar «Si queremos una inclusión real de todas las capacidades no sólo podemos utilizar el libro porque el libro premia principalmente la capacidad asociada al coeficiente intelectual y la memoria. Debemos generar tareas que se adapten a los que no llegan y a los que brillan porque si no estaremos apagando estrellas».
El aprendizaje no estriba únicamente en la adquisición de contenidos teóricos, sino en la experimentación de todos esos aprendizajes memorísticos. Las emociones no se aprenden en los libros, se viven en cientos de experiencias. Por apuntes no se puede enseñar a vivir.
«Sueño con maestros o maestras vocacionales, con sentido del amor y del humor, cosquillas en los bolsillos y cientos de besos para cuando no le queden palabras, y una nariz de payaso en el cajón.»
P. Si pudieses soñar, ¿cómo sería tu aula ideal?
Lourdes Jiménez. En primer lugar tendría un maestro o maestra vocacional, con sentido del amor y del humor, cosquillas en los bolsillos y cientos de besos para cuando no le queden palabras, y una nariz de payaso en el cajón. Esa clase tendría también, en cualquier colegio de España, una ratio como la que tengo en la actualidad (no más de quince niños/niñas por clase), con unos libros de texto diseñados para que sean un recurso más dentro del aula y no una guía metodológica, con más recursos humanos para atender más y mejor a todas las capacidades que tengamos, y con más inversión económica en materiales innovadores que me permitan desarrollar todos mis talleres sin tener que costearlos con mi propia inversión económica. Sueño también con que haya menos burocracia, se valore más la figura del maestro y maestra y se crea más en su trabajo.
P. ¿Algún referente educativo?
Lourdes Jiménez. Muchos y muchas. En primer lugar, mis compañeros y compañeras (los de mi colegio y los de mis redes, amigos y amigas que me enseñan a diario, desde la distancia, con sus increíbles prácticas educativas). Si vamos más allá, me encanta Montessori, Francisco Mora, Mar Romera, Goleman o Francesco Tonucci.
«La escuela debe ser un lugar cargado de magia y cientos de posibilidades.»
P. ¿Por qué?
Lourdes Jiménez.-Porque aman lo que hacen, hacen lo que dicen, comparten lo que saben, ayudan con lo que tienen, crean lo que creen y aprenden de quienes se rodean. Porque me inspiran a diario con historias reales, con retos alcanzables, con prácticas verdaderas y con su humildad porque nadie es más grande que nadie, todos y todas tenemos el mismo tamaño, el de un niño y niña.
La escuela debe ser un lugar cargado de magia y cientos de posibilidades. Nosotros debemos empeñarnos en despeinarla a diario y poner el sistema patas arriba, pero no por fastidiar al sistema, sino por beneficiar a nuestros niños y niñas, los verdaderos protagonistas de su aprendizaje y del cambio social.