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Breakout educativo para entender el poder del juego en el aprendizaje

Mireia Portero Aylagas @MireiaPortero5, maestra del Colegio «Santa Teresa de Jesús» de Carmelitas Misioneras en Terrassa (Barcelona), nos presenta un Breakout Educativo de Ciencias Naturales recomendado para Ciclo Superior de Primaria.

¿Qué es un Breakout educativo ?


Un Breakout es una experiencia inmersiva y lúdica de aprendizaje. En ella, el alumnado tiene que superar una serie de enigmas, problemas o misiones para obtener códigos secretos y abrir candados o cajas misteriosas que conectan con contenidos curriculares.

Muchas veces se plantea como dinámica para jugar cooperativamente y se establece un tiempo limitado para resolver las pruebas. Es una herramienta didáctica muy versátil, adaptable a cualquier contenido o edad, incluso se pueden combinar retos que pongan a prueba los conocimientos de diferentes materias. Cuando propones una experiencia de este tipo o bien otros juegos similares, se pretende que los estudiantes se divierten y se emocionen.

¿Cómo se ha desarrollado en el aula? Cuentan la experiencia en primera mano:


Durante el primer trimestre del curso, con el alumnado de quinto y sexto trabajamos el aprendizaje basado en retos y el aprendizaje colaborativo. Después de superar todos los desafíos pensamos que como colofón podían realizar su primera experiencia Breakout educativo. El curso anterior, después de acertar todos los enigmas, los niños y niñas realizaron un Escape Room.

Las maestras nos informamos sobre cómo elaborar este tipo de experiencia. Teníamos los contenidos, teníamos la información y llegaba la parte más compleja, mezclar todo y elaborar los materiales necesarios para la puesta en marcha de la actividad. El primer paso del proceso consistió en generar entre nuestros alumnos/as intriga, sorpresa y motivación por participar en una actividad diferente e innovadora. A continuación, comenzamos con la elaboración de los materiales que los/las alumnos/as necesitaban para realizar la actividad: cajas con candados, narrativa, problemas matemáticos, recompensas, ambientación, etc.

¿Por qué trabajamos las emociones en nuestro colegio?

Por último, el documento más complejo y al que dedicamos más tiempo fue la hoja de ruta que cada grupo tenía para ir superando los retos y conseguir los números de las combinaciones que abrían los candados. Junto a estos materiales principales, realizamos algunos secundarios que nos sirvieron de apoyo y de recogida de información el día de realización de la prueba: soluciones a los retos, recogida de resultados, hojas de cálculos, fundas de organización, etc.

En este sentido y después de muchas horas de trabajo para montar y adaptar el juego, los resultados cosechados fueron muy enriquecedores no solo a nivel profesional, sino también a nivel personal.


La aventura que nuestros/as alumnos/as tenían que vivir estaba relacionada con Marie Curie, sin duda, la científica más conocida del siglo XX.

Se trataba de descubrir aspectos relacionados con su historia, la importancia de la radioactividad, los elementos del Radio y el Polonio y, por supuesto, los Premios Nobel. Sin duda, explicar a los niños y las niñas quién fue esta científica es dar un ejemplo perfecto sobre romper barreras y luchar por los sueños al máximo. Como diría Marie, me enseñaron que el camino del progreso no era rápido ni fácil, pero lo que está claro es que nadie te puede decir que tus sueños son inalcanzables. Esta breve narrativa transformó a los/las participantes en científicos/as, y lo mejor de todo, es que iban a aprender todos estos temas jugando.

«Y de esa emoción nace el aprendizaje significativo».


En este tipo de actividad es muy importante mantener la motivación en nuestros alumnos/as y plantear retos alcanzables. A medida que los/las estudiantes resolvían los enigmas, obtenían una recompensa: un número del candado analógico. Para conseguir su propósito, los/las niños/as debían trabajar de forma cooperativa y organizarse en grupos de cuatro integrantes. La composición de los equipos era heterogénea y con niveles de desempeño equilibrados. Todos los grupos debían abrir su candado para resolver el misterio y todos obtendrían una recompensa. La correcta resolución de las preguntas les daba el primer número del candado y la clave para continuar con el segundo reto y así sucesivamente hasta descubrir toda la combinación de números.

El objetivo final era que entre toda la clase pudieran abrir un cofre grande de madera que contenía los Premios Nobel de Física y Química. Además de trabajar contenidos, las ventajas que presenta esta actividad, desde nuestro punto de vista, van mucho más allá: desarrolla el pensamiento crítico y la habilidad para resolver problemas, mejora la comprensión escrita, fomenta la perseverancia, el respeto y el diálogo y los alumnos son los protagonistas de su aprendizaje.

«El éxito recayó fundamentalmente en su capacidad de escucharse y de cooperar».


En los días previos al desarrollo de la actividad intentamos generar expectación, explicar muy bien las normas del juego y la importancia no precipitarse, leer bien las instrucciones y pararse a pensar antes de actuar. El día de la prueba pusimos encima de la mesa los sobres y las cajas numeradas que se correspondían con los grupos cooperativos que iban a participar ya que, para cada equipo, los retos eran diferentes y correspondían a una etapa distinta de la vida de Marie Curie. Cada grupo tendría un cuestionario de preguntas y curiosidades científicas, así evitaba la posibilidad de que intercambiaran información.


En los Breakout los estudiantes tienen libertad, máxima autonomía y pueden elegir cómo y cuándo afrontan los desafíos planteados. La diversión es un catalizador que potencia el compromiso de los jugadores para la resolución de los retos del juego. En un contexto educativo estas herramientas nos van a ayudar a implicar a nuestro alumnado en los procesos de aprendizaje. De esta forma, se busca despertar su motivación intrínseca, viviendo una experiencia lúdica mientras aprenden nuevos conocimientos y desarrollan competencias clave para su futuro. Fusionar la esencia de los juegos con la didáctica de las materias, es un reto para los docentes. Ante nosotros se abre un nuevo marco de trabajo que ofrece una gran variedad de posibilidades para involucrar a nuestros estudiantes.


«El resultado final fueron sonrisas, curiosidad, saltos, abrazos, entusiasmo, alegría, euforia, felicidad, ilusión, etc».

Ha sido una experiencia de logro y un momento inolvidable del curso escolar. El Breakout educativo sobre Marie Curie fue un éxito, una pequeña revolución y les fascinó. Es imposible resistirse a estos juegos en los que la diversión no tiene límites. Y si encima es compartida con los/las compañeros/as de clase, mejor.

Después de mucho esfuerzo y horas de trabajo, ver la cara del alumnado antes, durante y después de la actividad, no tiene precio. Con creces se ve recompensada la cantidad de horas empleadas en la preparación previa. Por supuesto, todos los grupos consiguieron abrir su candado. Y al final, como consecuencia, el gran cofre misterioso con las recompensas de los Premios Nobel y algún regalo sorpresa con sabor dulce.

Creemos que ha sido gratificante para los alumnos/as y para las maestras. Mediante estas dinámicas el alumnado aprende a ser más independiente. Por ello, si logras que se sumerjan en el juego, se olvidarán de que existen los/las maestros/as durante su desarrollo, interactuando entre sí para resolver los retos. Fomentar la interdependencia del grupo mejorará también las competencias sociales y cívicas como la cohesión del grupo de clase y el clima del aula.


En el Colegio Santa Teresa de Jesús somos conscientes de que es necesario un cambio metodológico en la enseñanza. Por eso creemos en la necesidad de aplicar nuevas herramientas educativas que mejoren el rendimiento del alumnado y promuevan la cultura del pensamiento científico. Utilizando recursos como el Breakout Educativo, pasamos del modelo tradicional centrado en la enseñanza a un modelo centrado en el aprendizaje. Gracias a este enfoque, el aprendizaje pasa a ser un proceso constructivo, y se vuelve mucho más eficaz. Según la teoría neurocientífica, retenemos mucho mejor la información cuando participamos activamente en el proceso. Además, el sistema de recompensas ayuda a motivar al alumnado, engancharlo y fidelizarlo. Todo esto contribuye a mejorar los resultados de la educación.


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