El colegio Sant Josep Carmelitas Misioneras lleva años introduciendo la robótica en sus aulas como herramienta metodológica. Hoy vamos a una clase de infantil para que su maestra Cristina Martínez nos lo explique en primera persona.
“Nuestra experiencia no puede ser mejor. Iniciamos este proyecto el curso pasado porque permite que nuestros niños y niñas de Infantil aprendan a programar de forma muy natural”, explica la docente.
Durante las primeras sesiones, los niños y niñas se convierten en robots, se desplazan por el aula siguiendo las indicaciones de sus compañeros y compañeras: derecha, izquierda, adelante.
Hay una serie de herramientas que le son de gran ayuda. Deja que manipulen las TagTiles y observen qué ocurre. cuando nuestro KUBO pasa por encima de ellas. En las siguientes sesiones introducimos los tapetes: la granja, el castillo, la escuela…y proponemos un reto que cada equipo deberá resolver. El último paso será programar fuera del tapete, el camino que ha de realizar el robot. Es fantástico ser testigos de estos aprendizajes.
Los niños y niñas de estas edades, desarrollan su creatividad de forma que en el momento en el que adquieren un concepto básico tienden a explorar más alternativas e imponerse a sí mismos nuevos objetivos.
La robótica permite trabajar la metodología STEAM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas) en edades tempranas y que el aprendizaje de los alumnos sea activo, ya que trabajan a través de la experimentación y la práctica. Todas estas disciplinas no son solamente importantes en el ámbito curricular, sino que van ligadas a una serie de habilidades clave para el presente y futuro de nuestros alumnos y alumnas. Así, pueden desarrollar numerosas capacidades: creativas, comunicativas, de trabajo en equipo, de resiliencia y tolerancia a la frustración, etc. El objetivo principal es motivar y promover la adquisición del pensamiento crítico.
“A nuestros alumnos y alumnas les encanta venir al aula de robótica, un espacio inspirador donde aprender divirtiéndose” explica la maestra barcelonesa.

En definitiva, la robótica en infantil fomenta: la autonomía, el pensamiento lógico y matemático, el pensamiento computacional, la percepción del espacio, la creatividad, la resolución de problemas, las habilidades sociales, la inteligencia emocional, el trabajo en equipo, la motivación por las ciencias y las tecnologías, la autoestima, la tolerancia a la frustración…
De esta forma, conseguimos utilizar una gran herramienta pedagógica que nos permite desarrollar muchas habilidades y capacidades en nuestros alumnos y alumnas, que les serán de gran utilidad en el futuro.
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